miércoles, 19 de febrero de 2014

Requiem for the jilted generation


Vivir entre la potencia de ansiar el futuro
y la decadencia de morderse el pasado,
quebrar cada hueso del pie,
caminar en círculos por no estar parado,
mirar al cielo y al mar,
para que el suelo no distraiga nuestra trayectoria.

Fingir que nuestra ciudad permanece dormida,
para que el dormido no despierte,
denunciar las hostias como acoso,
para sentir que nuestro acoso fue aún injusto.
Recordar los recreos y el parvulario,
temiendo el geriátrico y sin acercarse a ninguno.

Estudiar los estudios,
comprobar en el espejo que somos nuestros padres.
Silenciar el manejo de aquello con lo que se crece,
ante los que nacen con ello,
obviar que los amantes de Pikachú,
nunca jugaron al mus con Espinete.

Saber que lo luchado sirve,
mayoritariamente para que ahora no se luche,
entender que a quien se le da calabazas puede sembrar,
y recoger con ellas,
aceptar que lo hicimos,
y que el huerto aun comiendo de el nunca fué nuestro.

Buscar una generación perdida,
entre lo que encontramos en la nuestra,
y volar alante y atrás en este columpio,
esperando que se rompa la cuerda.
Soñar que nada cambia,
mientras jugamos  cervezas con las viejas glorias,
emborrachar el espíritu mas que el cuerpo,
para que el corazón camine.

Negar con la cabeza,
diciendo todo mientras observamos al necio,
apretar los puños ante la violencia del pacifista,
y ante la guerra del hippie.
Llorar de una manera u otra,
por cualquier mejor tiempo pasado,
soportar lo malo conocido,
porque lo nuevo empezamos a no entenderlo.

Conjugar, al fin ,demasiados infinitivos,
porque la primera persona duele,
la segunda nunca es segura,
la tercera depende de los anticonceptivos.

Pensar que la idiosincrasia es retrospectiva,
como la moda juvenil,
llevar la edad implícita en los actos,
y no en los documentos,
esperar que el futuro,
cuando te acerques a ser un poco mas viejo,
quizás se parezca al pasado,
cuando eras un poquito mas joven,
que otra vez bailara tu corazón a ritmo de ska y techno,
y que si hay mejora es que las drogas serán obligatorias.

Entonces ya nadie jugará al mus con Pikachú,
Olvidado, Espinete ni siquiera habrá existido,
tu serás como eras cuando eras niño,
comerás flash manchando la camiseta,
ignorante e infeliz sin echar ya de menos,

tu generación y aquellas putas calabazas.

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