jueves, 20 de febrero de 2014

Algunos hombres

Hay hombres poderosos que dieron la vuelta al mundo caminando,
especialistas que todos los días se juegan la vida de incógnito,
hay grandes héroes que salvaron aunque fuera su propia vida,
y otros que en nombre humano aterrizaron en la luna.

Conocí un campeón de no se que arte de moto-cross
uno que saltaba treinta metros en cada espectáculo,
encontré en la televisión un chico que comía cristales,
debía ser pariente de una mujer que durmió sobre ellos.

Son famosos los monjes que cruzan brasas con sus pies descalzos,
los extraños sadomasoquistas que se cuelgan de sus pieles,
los fanáticos religiosos que se azotan con cara de orgullo
y muchos desconocidos en los libros de curiosidades.

Sin embargo conozco algunos en la ignota intimidad
que describen el devenir siempre en puntos suspensivos,
en el guion ambiguo del ¿Mañana que are?

Hombres cuerdos al borde de la esquizofrenia,
a punto de oír voces en algún rincón de su cabeza,
luchando contra el síndrome y la monotonía.

Son famosos hacia cuatro calles en torno a la suya,
en el banco donde hacen malabares cada primero de mes,
algunos salieron incluso en las paginas de sucesos,

concretamente,
en la sección de suicidios.

La mayoría vive a cuestas en el equilibrio de la legalidad,
guardándose mas de un puñetazo en cada bolsillo,
esquivando cada día los síntomas capitalistas.

Tienen la costumbre de mentirse demasiado a si mismos,
se protegen de la realidad en la facilidad de la mentira,
despertando siempre con la sensación de que este no es su lugar.

Les sobran revoluciones porque les faltaron revolucionarios,
les faltan libertades porque les colmaron de comodidades,
y en su caso el dinero no llama al dinero sino que lo asusta.

Sin embargo no pueden huir,
y aunque viven como magia,
lo hacen dentro de un sombrero.

Eso sí es vivir al limite.

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