Solo has de hacerme vibrar con un color desconocido,
o llevarme a la luna a lomos de tu melodiosa
guitarra,
una insignificante caricia, puede ser, de una de tus
palabras,
o demostrarme que tu cuerpo no conoce leyes
naturales.
Sacarme de mis límites mentales con alguna idea
revolucionaria,
o unificarme en tan solo dos frases lo mas
complicado del universo,
basta que me saques de lo tangible en lo que dura
una película,
o que me rimes la verdad con la mentira en medio
poema.
Solo con que uno de tus temas ocupe mi cabeza más de
un minuto,
o que un minuto de tu arte me aparte de mis
problemas,
basta que me imagine que un duende mueve tus hilos,
basta con que me hagas ver tu pequeña estrella.
Entonces te mirare absorto y envidioso ejecutar tu
rutina,
esperare aplaudirte con las mismas ganas que
saludarte
y cuando hagas ese truco nuevo que aun nadie ha
visto,
entre la exclamación y el sarcasmo diré…
…que hijo de puta.
Sintetiza tanto y en tan poco,
que no se… no será un piropo,
pero te lo aseguro,
es el insulto más bonito del mundo.
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