viernes, 29 de agosto de 2014

Difícil

Eso es lo difícil.


Pensar,
que hay más de un hombre feminista, 
y olvidarse,
de todas las mujeres machistas en el yan, 
y oponerse,
al atraso y al rencor, 
osar y atreverse, 
a versar sobre la fe inversa, 
la difícil, la imposible,
la no escrita, y atreverse,
a ver en los suelos el hambre,
y esperar que habrá cena,
a creer en las manos de las manos, 
y en tu triste especie,
y venderse a lo estúpido,
rezar a lo vivo y existente,
y saber que seguirá vivo.

Eso es lo difícil.

Nadie nos dejó manual de uso,
no hay Biblia para el ateo, 
hay que joderse, y joderse,
y soportar que nos digan:
“No tenéis fe ni la conocéis”

Cuando lo difícil es creer,
sobre todo,
en el hombre como especie,
y mirando sus caras,
pensar que hay esperanza.

Eso es lo difícil.

Ver el arma apuntándote,
y mientras la bala se acerca,
oír en tu interior, que,
al menos algo,
cambiará cuando mueras.

Mirar desde el suelo,
en el último aliento,
los ojos de tu asesino,
con un halo de comprensión.

Eso es lo difícil.

Creer en el hombre como especie,
y absolutamente nadie,
ni religión ni supuesto dios,
nadie, repito, NADIE,
nadie puede enseñarme lo que es la fe.

Eso,
es,
lo,
difícil.